Joe Biden enfrenta un diagnóstico de cáncer de próstata avanzado, según anunció su oficina el domingo. El expresidente y actual presidente de Estados Unidos fue diagnosticado con un cáncer de próstata agresivo que, además, se ha extendido a los huesos, lo que indica una etapa avanzada de la enfermedad.
La oficina de Biden informó que el mandatario presentaba síntomas urinarios crecientes y, tras una revisión médica la semana pasada, se detectó un nódulo en la próstata. Posteriormente, el viernes, se confirmó el diagnóstico de cáncer de próstata con metástasis ósea. La extensión del cáncer a los huesos hace que la condición sea más grave que si estuviera localizada en la glándula prostática en etapas tempranas.
¿Qué tan grave es?
El cáncer de próstata es la segunda causa principal de muerte por cáncer entre los hombres en Estados Unidos, aunque cuando se detecta a tiempo, suele ser altamente tratable. La American Cancer Society estima que aproximadamente uno de cada ocho hombres será diagnosticado con esta enfermedad a lo largo de su vida.
El doctor Matthew Smith, del Centro Oncológico del hospital Massachusetts General Brigham, explicó que, aunque los pronósticos han mejorado en las últimas décadas, el cáncer de próstata metastásico puede ser controlado durante varios años, pero no curado. “Es muy tratable, pero no curable”, afirmó.
Posibles tratamientos
En el caso de Biden, su oficina informó que su puntuación de Gleason, un indicador de la agresividad del cáncer, es de nueve, lo que indica un cáncer de alta agresividad. Los tratamientos disponibles para este tipo de cáncer incluyen medicamentos que reducen los niveles hormonales o impiden que las células cancerosas crezcan, aunque en casos avanzados como este, las opciones pueden variar y ser más complejas.
Por ahora, Biden y su equipo médico están evaluando las mejores opciones de tratamiento para su situación. La noticia genera preocupación, pero también refleja los avances en la detección y manejo de esta enfermedad en sus etapas más agresivas.