El caso de los hermanos Lyle y Erik Menéndez, que tomó nuevamente protagonismo por la miniserie de Netflix, ha tomado un giro importante, pues el juez Michael Jesic les quitó la pena de cadena perpetua y ahora ordenó 50 años de cárcel.
Estos hermanos tienen 35 años de cárcel y se estima que en un mes pidan libertad condicional.
“Creo que han hecho lo suficiente en estos 35 años como para que algún día tengan la oportunidad” de salir en libertad, dijo el juez durante la audiencia celebrada este 14 de mayo en Los Ángeles.
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En su testimonio, Lyle, el mayor de los hermanos, aseguró que siente una profunda vergüenza por la persona que fue hace 35 años.
“Cometí un acto atroz contra dos personas que tenían derecho a vivir: mi madre y mi padre”, comentó.
Por su parte, Erik afirmó: “Disparé las cinco balas contra mis padres y luego volví para recargar. Le mentí a la policía. Le mentí a mi familia. Lo siento de verdad”.
El crimen por el que acusan a los hermanos Menéndez ocurrió el 20 de agosto de 1989 en Beverly Hills, cuando los hermanos asesinaron a sus padres Kitty y José Menéndez.
Este caso fue bastante controversial, debido a que denunciaron haber sufrido abusos sexuales por parte de su padre.
